Diez mil hectáreas del Campo de Cartagena se sumarán a los nuevos cultivos con fertilizantes reducidos

COAG y Cebas muestran a los diputados regionales su investigación para evitar la infiltración de nutrientes más allá del metro de profundidad

Emilio Nicolás (Cebas), junto a miembros de COAG, explica el uso de una sonda en una finca de limoneros de Fuente Álamo, ayer. Pablo Sánchez / AGM

La comarca del Campo de Cartagena se ha convertido en los últimos años es un gran escenario de ensayos científicos a tenor de las regulaciones que se han implantado sobre el sector agrario. Uno de estos proyectos, comandado por el departamento de Riegos del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (Cebas) y la coordinadora agraria COAG, fue visitado este jueves por diputados de la Comisión de Asuntos Generales de la Asamblea Regional, quienes tienen entre manos elaborar una posible reforma de la Ley del Mar Menor.

Emilio Nicolás, investigador del Cebas, y la directiva de la organización agraria en Murcia fueron los anfitriones en una finca experimental de limoneros ubicada en Fuente Álamo, donde se busca validar nuevos protocolos para cultivar sin contaminar el acuífero de nutrientes y reduciendo todo lo posible la carga de fertilizantes en el suelo. Un extenso sistema de monitorización controla la producción en estas parcelas, donde ya se ha podido comprobar que los métodos utilizados evitan la infiltración de nitrógeno o fósforo con el abono más allá de los 90 centímetros de profundidad.

El proyecto FERTirrigación ECOsostenible en la cuenca vertiente del Mar Menor (Ferteco) cuenta con una financiación de 2,3 millones de euros, la gran mayoría aportada por la Fundación Biodiversidad en el marco de las ayudas que destinó el Ministerio para la Transición Ecológica a proyectos de investigación en el campo. Durante tres años los investigadores comprobarán cómo la baja aportación de nutrientes a las plantas o una mejor gestión de los riegos puede tener un impacto nulo o mínimo en la calidad y funcionalidad de los suelos y su comunidad microbiana; al calibre y sabor de las frutas y verduras o a la fenología o estado de los cultivos.

 

La investigadora Cristina Romero (Cebas) muestra algunos aparatos que analizan el estado de los árboles. Pablo Sánchez / AGM

Optimizar protocolos

La investigación se extiende por 300 hectáreas de cultivos hortícolas y en 200 de leñosos en todos los municipios de la comarca, pero agricultores particulares o cooperativas agrarias ya se han comprometido a implantar los nuevos métodos de cultivos que salgan de este proyecto en 10.400 hectáreas del Campo de Cartagena. «Queremos optimizar los protocolos de cultivo, comprobar que sale rentable desde el punto de vista económico y que el agricultor puede seguir viviendo de sus tierras», señaló ayer Emilio Nicolás.

José Miguel Marín, presidente de COAG, subrayó a los parlamentarios que son los productores «los que pueden aportar a los que legislan cómo se controla la retención de nutrientes o se aplica una agricultura más natural, ecológica y sostenible». El vicepresidente Pedro Gomariz aseguró que los cultivos desarrollados han crecido con normalidad y que la fertilización aplicada ha funcionado «con muy pocas unidades de nitrógeno». Ambos avisan de que el tema del Mar Menor ha trascendido a los supermercados europeos, que «quieren que demuestres que cumples con todo».

Pedro Gomariz (COAG) y Emilio Nicolás (Cebas), ante los diputados de la Asamblea Regional. Pablo Sánchez / AGM

Debate sobre detalles de la Ley del Mar Menor que pueden reformarse

Estos estudios que llevan a cabo conjuntamente el Cebas y COAG pretenden también determinar qué aspectos regulados en la Ley del Mar Menor y las medidas cautelares de la Confederación Hidrográfica del Segura son realmente útiles. Los diputados del PP, PSOE, Vox y Podemos pudieron debatir con la organización agraria y los científicos qué limitaciones son prescindibles en una posible reforma de la norma ambiental autonómica. Tanto la prohibición de aplicar abonado mineral de fondo a base de nitrógeno, el uso de plantas no autóctonas como barreras vegetales en las parcelas, el factor de agotamiento del suelo o la limitación en los ciclos de cultivos según la zona agrícola de la cuenca vertiente son aspectos que se analizaron ayer a pie de campo. La coordinadora agraria ha abogado por cambios técnicos en las restricciones de la ley, al igual que el resto del sector agrario, pero todo queda a expensas de saber qué pasará con la comisión parlamentaria tras desligarse Vox de ella.

 

 

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